Queridísima hija,
Te libero de la obligación de quererme. No sientas que debas hacerlo por el simple hecho de que soy tu madre.
Te libero de cualquier culpa, de cualquier remordimiento que puedas sentir por tus acciones y pensamientos hacia mí. No te reprocho nada ya. Vive con plenitud, que el pasado no te abrume.
Si para conseguir la felicidad en tu vida sientes que debes olvidarme,
que has de borrar cualquier recuerdo de mí, y de tu pasado vinculado a mí,
de que siquiera existí…
Hazlo. Olvídame. Y hazlo rápido.
Cuanto antes te sientas libre y feliz, mayor mi dicha.
Cuídate mucho. ¿Lo harás?
Adios, mi preciosa.
~ Mama
(Traducido del original en catalán)